La vida de Sara (nombre ficticio) ha sido un infierno desde que su actual expareja se cruzó en su vida. Al menos, así se plasma en las numerosas denuncias que ha interpuesto contra él, un presunto maltratador que ha ingresado en prisión después de perseguir a su víctima desde Madrid hasta Málaga, pese a tener una orden de alejamiento en vigor.
Los episodios de violencia habrían comenzado a sucederse a los seis meses de iniciarse la relación. Entonces ambos vivían en Madrid, ciudad en la que se conocieron y en la que Sara denunció por primera vez a la que entonces era su pareja sentimental, que supuestamente la amedrentaba utilizando frases como «si no haces lo que te digo, te voy a arruinar la vida» o «no voy a parar hasta que te vea en una caja».
Cuando estaban juntos, las discusiones no se quedaban solo en eso, ya que la mujer aseguró que éstas iban subiendo de tono hasta el punto de llegar a agredirle. Según denunció, en uno de los episodios violentos, comenzó a golpearla dándole en diversas ocasiones en la cara, por lo que habría necesitado varios puntos de sutura, ya que le partió los labios.
Sin embargo, el acoso no habría acabado con el final de la relación. Al parecer, el presunto maltratador se presentaba en la tienda en la que trabajaba de forma repetida y, durante unas vacaciones de la víctima en Málaga, ciudad en la que residen sus familiares, también se vieron, llegando a propinarle dos puñetazos.
Por todo ello, Sara acabó denunciando a su expareja, sobre la que dijo que habitualmente solía llevar encima una navaja y una pistola, que podría ser simulada. Ante esta situación, le fue concedida una orden de alejamiento, que al parecer se incumplió en diversas ocasiones.
Navaja en el cuello
Una de ellas habría tenido lugar el pasado 26 de noviembre en Málaga. Esta vez, ella dijo que se subió voluntariamente con él en el coche, creyendo que quería pedirle perdón y ser su amigo. Después de ir a un lugar apartado, supuestamente la cogió del cuello y le puso una navaja. Siempre según las denuncias que investiga el juzgado, el sospechoso le aseguró que si se estaba quieta no le pasaría nada: «No te voy a pinchar ni te voy a matar». Logró escapar. La víctima habría saltado del coche mientras estaba en marcha, sustrayéndole el presunto maltratador el vehículo y varios efectos personales, como su teléfono móvil, que habría utilizado posteriormente para ponerse en contacto con el entorno de la joven en reiteradas ocasiones.
La última visita del hombre a la capital de la Costa del Sol tuvo lugar pocos días antes de la Navidad. Sara denunció que el 11 de diciembre su expareja anunció que viajaba a la ciudad. «Voy para Málaga, te quiero ver, voy a por ti», le habría espetado al hermano de la mujer.
Después, el destinatario de la llamada fue otro. En concreto, el novio de la víctima, con el que se citó en la puerta de uno de los locales de la calle Comedias. Sin embargo, los que aparecieron fueron dos agentes de la Policía Nacional, quienes se desplazaron hasta el lugar después de tener conocimiento del encuentro. Allí estaba, esperando. Así, los funcionarios procedieron a cachearle, hallando una pistola simulada y la navaja que el presunto maltratador habría puesto en el cuello de la joven en una de sus visitas a la Costa. Tras ello, los efectivos procedieron a detenerle.
Una vez puesto a disposición judicial, tanto la Fiscalía como la acusación particular, ejercida por el conocido abogado malagueño Manuel Huertas, solicitaron su ingreso en prisión provisional. Finalmente, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer Número 3 de Málaga decretó que entrase en la cárcel, por los supuestos delitos de quebrantamiento de medida cautelar, robo con violencia, maltrato, amenazas y acoso.